El
mundo intentará cambiar el rumbo ambiental del planeta en la Conferencia de la
ONU.
Nuestro hogar está averiado y no
tenemos uno de repuesto. ¿Mudarnos a Marte o instalarnos en la cercana
Venus? Mientras la imaginación vuela y se sintoniza con soluciones quiméricas y
de leyenda, es claro que a la raza humana no le queda otra alternativa que
cambiar de rumbo y comenzar a pensar en arreglar su única morada, esto si no
quiere extinguirse antes de tiempo.
Igualmente, hoy, cuando se estudian las propiedades genéticas de
una planta para desarrollar nuevas tecnologías, la industria farmacéutica o una
empresa cosmética pueden usar la misma planta o flor para producir tanto un
medicamento como una fragancia; pueden aprovechar sus propiedades bioquímicas
sin solicitar acceso a esos recursos al país de origen y sin distribuir
beneficios.
Con la
ratificación del Protocolo de Nagoya, la obligación se extendería a la investigación, desarrollo y
comercialización de los recursos genéticos y de los bioquímicos.
Fernando
Casas, economista colombiano y quien lideró la exitosa negociación de ese
protocolo, dice que países como Colombia deben
entender que su mayor potencial es la biodiversidad.
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